sábado, 27 de diciembre de 2014

La educación es un acto de amor



En estas fechas tan señaladas de la Navidad las ciudades se engalanan con luces, con árboles, son las fiestas de la alegría, del amor y la fraternidad. Son fechas también en las que miramos hacia atrás, dando gracias de lo que este año nos ha dado, y en las que miramos al próximo año con ojos cargados de deseos y buenos propósitos.

Gracias
En los proyectos educativos de Entreculturas en 17 países de África, en 19 de América Latina y en dos en Asia, miles de docentes trabajan cada día para hacer posible que muchos niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad.
Para todos ellos, la educación no es sólo libros, lápices y cuadernos, no es sólo aprender matemáticas o química, la educación es un acto de amor, es una relación de afecto que transmite cariño y promueve valores, los valores de la igualdad y de la justicia con las poblaciones más vulnerables. El corazón desde el que nace todo ese amor es sin duda un corazón enorme, formado por los corazones de todas aquellas personas que de una u otra manera hacen posible que cada día Entreculturas pueda llevar la educación a los lugares más recónditos, allí donde el asfalto no llega.
Por eso Entreculturas quiere dar las gracias de todo corazón; a las 27 delegaciones en 12 comunidades autónomas, a las 74 personas contratadas, a las 527 personas voluntarias y colaboradoras, a los 25 voluntarios internacionales, a docentes, alumnos y alumnas de los colegios que educan en valores, a las más de 20.000 personas que siguen sus redes sociales, a las 5.950 personas socias, y a los 9.210 donantes, a periodistas que dan voz a las injusticias y a las desigualdades de las que Entreculturas se hace eco, y a todas aquellas personas que de una u otra manera les han ofrecido su corazón.
Gracias de todo corazón por seguir haciendo posible tantos proyectos de cooperación en África, América Latina y Asia. Gracias de todo corazón por ayudar a seguir desarrollando la labor de Entreculturas con ilusión cada año, por colaborar para que ningún niño o niña se quede fuera de la escuela, por confiar en su trabajo, por emocionarse y atreverse a transformar y, porque al compartir, se genera ilusión y vida.
En este nuevo año en el corazón de Entreculturas está la esperanza de seguir creando un mundo más justo, donde todas las personas puedan vivir con dignidad y puedan tener oportunidades de futuro.

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